lunes, 31 de diciembre de 2012

Adiós pequeña Sara, bienvenido 2013.



Me encanta ver los vídeos caseros. Por suerte o por desgracia, mi padre insistía en grabar hasta los chavales  tirando petardos en la calle en Año Nuevo. Gracias a este tipo de vídeos he visto mi evolución, cada año, dejé de disfrazarme con antifaz, peluca y gorro, para arreglarme con un ajustado vestido con el que deslumbrar toda la noche. Pase de mandar cincuenta SMS a mis "amigos" del colegio para hacer un par de llamadas a aquellos que se merecen el primer "Feliz Año" de mi boca. Dejé de tomar 12 aceitunas, indomable vicio, para hacerme mayor y tomarme las tradicionales uvas. Abandoné la pequeña copa de Coca Cola para brindar con sidra a pesar de ni mojar los labios por el horrible pánico que le tengo al alcohol. Dejé de llevar coletas, para aprender a peinarme yo misma e ir con un elegante recogido. Dejé de insistir en que me cantaran el cumpleaños feliz para despedirme deseosa de ver a mis amigos. 
Creo, que el hecho de cumplir años el mismo día que empieza uno nuevo marca mucho mis etapas. Recuerdo hace unos años, cuando todo aún era más o menos parecido a aquellos vídeos caseros, a mi abuela, que en paz descanse, cuando aún podía andar aunque se quejaba de dolores, antes de necesitar a una mujer que la cuidara. Veía el partido, enfurruñada se quejaba, o las noticias y me preguntaba qué habían dicho y yo me encogía de hombros... ¿cuándo siendo niños nos hemos interesado por las noticias? Cuando llegaba con un top de tirantes en pleno agosto y ella se alteraba diciendo que me tapase que me iba a congelar. "-Que no hace frío, abuela... -Uy, ¡qué no hace frío!" y recuerdo perfectamente su gesto inconformista con el que me miraba sentada en su butaca. Y las cartas, nunca me gustó tanto el cinquillo. Absurdo, y ahora odio jugar a las cartas cuando antes lo que más deseaba hacer nada más llegar a casa de mi abuela era jugar con mi tía, comer las patatas revueltas con huevo tan ricas e inigualables y jugar a las cartas con mi abuela. 
Ahora me bebo un par de cervezas con un cigarro entre los dedos mientras aquel apuesto tipo del otro lado del garito me mira, mientras recuerdo mi infancia. 
Nunca me imaginé que ser adolescente sería así... Supongo que he dejado de ser una niña, pero sigo en mi camino hasta llegar a ser mujer. Pero ¿quién me diría a mí hace diez años que mi vida sería así? ¿Quién me diría que en el 2012 no se acabaría el mundo, pero sí perdería a mi mejor amiga, daría la vuelta a mi pensamiento y cambiaría hasta mi actitud conmigo misma y con los demás? ¿Quién me diría hace diez años que acabaría teñida de pelirroja? ¿Cómo iba a saber que me volvería tan arisca y poco romántica con lo fantasiosa que era antes? ¿Quién me iba a decir que el sexo iba más allá de meter y sacar la polla mientras te agarran de la cintura? ¿Que acabaría estudiando Artes y preparándome para un viaje a la bella Roma? ¿Cómo podría imaginarme que conocería a gente que me hace sentir tan querida como nunca me había sentido?
Si hubiese construido mi vida en un instante, mientras mi abuela sopesaba su acción en la inquietante batalla en su mesa del salón, jamás habría acertado en una sola cosa. Antes hubiese imaginado que acabaría rubia. Pero, "nunca digas nunca". Quién me habría dicho que el 2012 sería así, que acabaría así. Y no soy capaz de plantearme un 2013, y me alegro, porque no quiero, quiero que este próximo año sea una sorpresa más en mi vida, con 18 años y miles de experiencias nuevas que me hagan más mujer. Soy feliz de darme cuenta de lo que crezco, cada vez la niña que llevo dentro está más lejos, y casi puedo echarme a llorar al decirla adiós.Pero una nueva mujer me espera con los brazos abiertos. Sólo pido que este año estabilice más mi vida, ya tengo metas fijas, pero me falta abrir el sendero y despejar esos obstáculos. Pido estabilidad y suerte. La suerte es una virtud que no a todos se nos concede.  
Adiós pequeña Sara, bienvenido 2013. 

sábado, 29 de diciembre de 2012

PRIVATE




Poco a poco nos quedamos vacíos, a pesar de tantos orgasmos guardados en cuatro paredes forradas de trozos de papel escrito y fotos de Jimmy Hendrix. Yo sigo pensando en aquel hombre que me lleve a áticos en verano y a salas de jazz en invierno, entre el humo que se pierde entre rosales, sentada sola en el parque viendo pasear a parejas en plenas navidades. Estoy cansada de hijos de puta, esa moda que ahora os moja las bragas. Yo quiero un hombre que me regale una rosa por sorpresa mientras yo observo a un grupo de músicos urbanos en la Puerta del Sol, que alguna mañana me de los buenos días y una vez a la semana me lleve a una chocolatería. Que me acompañe a casa de madrugada y que me haga una cena especial por mi cumpleaños, que sepa que canción me puede hacer llorar, que tema poner en el coche de camino al cine, que historias contarme cuando esté tumbada aferrada a él sintiendo el ardor de su piel y sus susurros en mi oído. Que sepa regalarme la luna sin necesidad de bajarla del cielo, que me impresione con un colgantito de tres euros cuyo significado vaya más allá del otro lado del océano. Que por las noches antes de dormir le cuente mis filosofías mientras le miro a media luz a sus ojos, verdes o negros, interesados en cada palabra que sale de mi boca. Que cuando me bese sepa que me encanta que me muerdan la oreja y que cuando me folle sepa mirarme a los ojos y soltar un instante sonrisa mientras me pregunta y me insinúa con tiernas guarradas que me pongan burrísima. Que sepa a dónde llevarme cuando planeemos un viaje y se venga conmigo esos fin de semanas al pueblo y charle con mi madre mientras hace la comida. Que mientras me ducho se cuele en el baño y me bese el cuello empapado y suave de jabón. Que cuando escriba algo de lo que me sienta orgullosa él sea el primero en leerlo, y que, ojalá, llegue a emocionarle con alguno de mis relatos.
Llega un momento en el que tu ideal no es un físico, si no una actitud. 
Estoy harta de follarme a tíos que no muestran una actitud. Quizá yo tampoco la muestre, pero no me esfuerzo en cuatro niñatos que ni fingen interés en mis sueños. 'No entiendo por qué no tienes novio' me han dicho más de una vez. No sé, chico, quizás tú también quieras un polvo, un par de risas bañadas en alcohol y un buen rollo evanescente... pues quizás, por eso no tengo novio, porque aún no he conocido a nadie que se pare a conocerme de verdad. Y, la verdad, no me quejo de mi situación, pero no me importa esperar diez años para conseguir a alguien que quiera compartir mis sueños. Los orgamos quedarán sellados en estas cuatro paredes, a los ojos de Jimmy Hendrix, pero mis pequeños deseos siguen esperando en una caja fuerte. 

jueves, 20 de diciembre de 2012

Una historia sobre Eva y el Paraíso.



«En el Paraíso, un día Eva llamó a Dios:
-Tengo un problema.
-¿Cuál es, Eva?
-Sé que me has creado, que me has dado este hermoso jardín, maravillosos animales y la serpiente con la que me muero de risa, pero no soy del todo feliz…
-¿Por qué, Eva?
-Me encuentro sola, además estoy harta de comer manzanas.
 -Tengo una solución, crearé al hombre para ti.
-¿Qué es un hombre?
-Un hombre es una criatura imperfecta, con muchas artimañas, hará trampas, será engreído… Te dará problemas. Será más fuerte y rápido que tú, y le gustará cazar y matar. Tendrá un aspecto simple, pero como te quejas lo crearé satisfaciendo tus necesidades. Tampoco será muy listo y destacará en cosas infantiles como pegarse o dar patadas a un balón. Necesitará tus consejos siempre para actuar cuerdamente.
-Suena bien-dijo Eva mientras levantaba una ceja irónicamente -¿Cuál es el truco?
-Tendrás una condición. Como será arrogante y narcisista deberás hacerle creer que le creé primero. Recuerda, es nuestro secreto… de mujer a mujer…

martes, 11 de diciembre de 2012

Soy jazz, like a diamond.




«Mi corazón herido camina apoyado en los restos de su esperanza. Soy la autora de canciones que no encuentran melodía, la guitarra con cuerdas rotas y el vocalista que ha resfriado su voz. 
Soy un domingo de  diciembre, una mañana helada y un amanecer azulado intenso decorado únicamente con una fina y delicada luna menguante adornado con un planeta reluciente. 
Soy el  jazz que suena lento. Salgamos hoy en pleno diciembre a bailar a aquel garito, que hoy van a poner jazz. Soy la perfecta imperfecta, el agua ardiente y pulverizada de la ducha, y las gotas que se cuelan en la boca resbalando por los labios, la piel húmeda y caliente y el sensual vaho que empaña vuestras mentes. 
Soy nieve y lluvia, soy Audrey Hepburn frente a Tiffany, soy como un diamante, como un rubí. Soy el cruasán y el chocolate caliente en tardes frías y solitarias de invierno. Soy mi propio amante, quién se dice a sí misma lo maravillosa que es su sonrisa, lo preciosa que se ha levantado hoy y lo irritante que me vuelvo a veces. Soy quién decido si visto bonita o no, soy quién decido si esa música es para mí o no, soy quién decido si esta noche nos apetecemos o no. Soy dulce al paladar, un suspiro y follar mientras suena jazz. Soy el sujetador que se desabrocha y la misma humedad entre mis piernas. Soy lágrimas al recordar que se ha perdido, y sonrisas al valorar lo que he ganado. Soy esfuerzo y orgullo, soy rendición. Soy tu diamante, soy mi  diamante. Soy todo lo que yo quiero ser, siempre sonando alguna pieza de piano, un jazz o mis propias canciones de melodía perdida, siempre sonando yo.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Metamorfosis.


  
No consiste en no abrir el pecho, no consiste en no abrir las piernas. Últimamente cuesta tanto una como la otra. Si me canso de abrir las piernas es porque mi corazón está pidiendo salir a gritos de las tinieblas de mi pecho.. Yo me guardaba París en el bolsillo, me leería un libro en inglés aunque no entendiera nada y besaría a un sapo del estanque del centro, solo para regalarme un poco de ilusión, Por esa ilusión yo canto a pleno pulmón y con todas mis ganas, y quién canta conmigo entre sonrisas se lleva mi amor, en cambio quién me cuestiona se lleva mi indiferencia.. Si no compartes mi ilusión no eres digno de mí, allí tienes la puerta.
Toda mi vida incompleta. Acostumbrada a que falte algo y deseando que esa pequeña pieza encaje. Toda mi vida incompleta, y ahora con las piernas cerradas. Cegueras momentáneas que al terminar hacen sufrir al chocarte con la realidad. Y esta puta sociedad corrompiendo, porque me quedo pequeña al compararme con el mundo. Y las piernas cerradas, porque no encajo con nadie, y con quién quiero encajar no mira. Por eso cierro las piernas, porque si no mira, haré que mire y quiera abrírmelas él, y ya de paso, visite el interior de mi pecho sin quitarme la ropa, que quiero calentar mi corazón helado.
Tranquilo pequeño corazoncito, el mundo es cruel pero no dejaré que te hagan daño, solo da un poco más de ti.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Pensamientos de nocturnidad.



11:51 “El placer de despertarse y volver a dormirse”
10:08 El placr d dsprtar y volver a dormir”
Es curioso encontrarse esto en las notas del móvil. Tener la misma idea en tan solo un poco menos de dos horas, interrumpida por el sueño. ¡Madre mía! Y no me acuerdo de que ya lo había escrito Es eso, el placer de despertarse, sentir la calidez de las sábanas, las caricias de la almohada y la ternura del colchón envolviendo tus delgados huesos  Un suspiro mezclado con un suave gemido de alivio y placer, abrir los ojos un instante y volver a hundirte en tus sueños.  Sueño demasiado. Demasiadas horas acumuladas en la cama, con la televisión encendida y el móvil en la mano, pensando en todo aquello que deseo, todo aquello que me cuesta conseguir, todo aquello con lo que no estoy a gusto, todo aquello que quiero mejorar. Pensando en cuanto me atraes y en que no nos conocemos. Pensando en lo cerca que tengo el bolígrafo y qué gran desgana me impide escribir Un café después de comer para aliviar el alma y dar energía a mi mente, ver Los Simpsons descansando en el sofá y después dedicar una tarde al estudio intensivo y a practicar movimientos con la muñeca para darle soltura a la imaginación sobre el papel. Me siento en la etapa más tranquila y madura de mi vida hasta ahora, sin prisas, con ganas y empeño, en el momento cumbre jugándome todo lo que tengo en unos meses. Espero que en esos dados salga mi número. Solo pido un poco de suerte y algo de seguridad en mí misma, porque cuando quiera dar el paso ya se habrán marchado las estrellas.
Y es que tengo jodido el labio de tanto fingir que te muerdo. Eres un desconocido tan sexy a mis ojos que me destroza. Una oportunidad y te morderé.  Para entonces espero tener mis labios suaves y levemente húmedos Los dos. Tengo tantas ganas de recorrerme tu cuerpo como deseo hacerlo por Italia. Ay, Roma, Roma, bellísima Roma, espérame en esos principios de Junio y déjame enamorarme, que a cambio te dejaré hacerme el amor, bellísima Roma. Suerte, esfuerzo e ilusión, pero no más de la necesaria. Últimamente el Karma me ha dejado tranquila estará  ocupado con otra mala gente como aquellos que se creen Dios. Qué triste creerse Dios en un mundo en el que Dios  es un psicópata asesino de 34 millones de personas
Karma Love, porque  te da atormentantes lecciones y alegrías simultáneas. Mmm, huele a mazapán y envuelvo mi llamador con las manos, una costumbre que tengo que me hace sentir protegida y tranquila. Sí, mi llamador mi protector, guíame al mazapán, querido ángel.
11:51 Y te regalan un bonito Buenos días por las mañanas, o eso esperas, porque lo único que yo encuentro al despertar son notas que escribo en mi nocturnidad, interrumpiendo mis abundantes sueños.