miércoles, 2 de octubre de 2013

Espejito, espejito...


Quién se cree especial necesita un espejito mágico que cada maňana le diga que es la más bella de la casa, de la manzana, de la ciudad o del mundo entero. Romper los espejos es la habilidad que tienen aquellos que no saben lo especiales que son. (Creerse especial y sus consecuencias.)







"Un penique por lo que piensas" 

Rota I



En ocasiones me jode que las quemaduras que me dejan en el corazón no se perciban como las que deja el sol en la piel. Y no es que me guste enseñar mis heridas cuál mono de feria encerrado en su jaula, pero hay dolor invisible y mudo, y el mundo a veces está demasiado sordo.


"Es inútil perseguir al mundo. Nadie lo alcanzará" 

lunes, 5 de agosto de 2013

Demencias estropeadas.


Yo tenía un destino y me habían asignado una libertad.
Es una ironía divertida, pero tengo la voz rota y me cuesta hablar con soltura. Ya me imagináis.
Llevo ya unos años escondiéndome bajo un tinte pelirrojo tulipán y unos ojos que ya no me piden maquillaje.
Me he acostumbrado a mis propios suspiros y a quedarme sin aire y tener que saltar inconsciente para que un golpe vuelva a hacerme funcionar.
También al tabaco y al café, y como hacen el amor tan suciamente en mi boca hasta privarme de besar.
He perdido  a mi musa, a la que nunca conocí. Ahora sólo sé que está más lejos que nunca y sólo me queda de ella unas sencillas historias de adolescente que nadie lee.
¿Por qué huiría mi musa, si la adoraba como a ninguna?  Y ahora un papel en blanco me vence cada uno de todos los duelos a los que nos enfrentamos.
No sé escribir. Se me ha perdido con mi musa, allá dónde esté inspirando ahora.
Yo tenía un destino que decidí descartar. ¿No?
Mmm… esta voz rota es muy sensual en una noche de calor junto a la ventana.
Aún me duelen las ingles del tipo de mediodía, y tengo la marca de la boca del de anoche.
De uno aprendí que la vida no es un cuarto de basuras mugriento dónde rebuscar tu comida para sobrevivir, y de otro que no hay que disimular tanto una alegría que no existe.
Me quedo con esos polvos que son sólo “polvo en el viento” y sus enseñanzas que son huellas en mi destino, aún caminando.
He olvidado que el cigarro seguía encendido y está precioso vestido de delicadas cenizas que no durarán ni dos segundos antes de que una ráfaga de viento las haga desaparecer.
Soñadora, me dice mi subconsciente, eres una soñadora.
Tengo muchos sueños que cumplir y todos llevan tiempo, camino despacio porque de momento no tengo prisa. Me entretengo con obstáculos como la pereza, la falta de disponibilidad, el dinero (por muy materialista que suene, sin dinero no vas a ninguna parte),la  carrera y volver a enamorarme de alguien del que ya me enamoré.
Un corazón que late tan rápido y está cosido malamente después de resquebrajarse hace de su cuerpo una cárcel y de su alma una suicida.
Pero prefiero andar con un corazón desgarrado que con la ausencia de mi alma.
Al menos mi alma me escucha y podemos charlar de vez en cuando, aún teniendo el pecho vacío, seguiría siendo humana. 

jueves, 1 de agosto de 2013

Ella


Imaginaba lluvia. Decían que llover era algo triste. Pero aún me parece más triste la hierba pajiza en los campos y las rocas ardiendo bajo los pies. Nos habíamos quedado sin lluvia y sin las tazas calientes de café. El verano hace los cigarros aún más repulsivos y mirar por la ventana hasta pierde su encanto. La piel se me secaba y ni siquiera me maquillaba. Apenas me peinaba y no me importaba salir como un león una de las pocas tardes de compañía. ¿A quién intentaría impresionar peinada? Los hombres me dicen que estoy mucho más guapa con el pelo revuelto, pero claro, eso me lo dicen después de follar.
Sigo imaginando que llueve y que Ella está sentada en frente de mí, en la mesa de la esquina de la cafetería más cutre de la avenida. Me sonríe mientras yo miro ensimismada a la gente acalorada por la calle, con su piel brillante y sudorosa y sus gafas de sol, buscando desesperadamente unos centímetros de sombra dónde esconderse de una estrella de la que nunca nos hemos quedado sorprendidos.
Es curioso que los sujetos de ciudad siempre nos escandalicemos de que allí nunca podamos ver las estrellas, y que la que más brilla no la reconozcamos como tal. Acostumbrarse es llenarse de vacío y creer que existes, es morir.
Le doy vueltas al hielo medio deshecho en el café mientras en toda la cafetería suena ‘Stand by me’ de Oasis.
-¿Y esas ojeras? –me dice de repente.
-La vida no me deja dormir.
Y cuando levanto la vista, se desvanece. Justo en ese momento, una camarera se lleva las tazas de la mesa de al lado y me mira de reojo hasta que se va a toda prisa a la cocina.
-Cuando era pequeña creía que este mundo sería fácil –continúo explicándole aunque no haya dejado ni un pelo suyo en la mesa ni el calor de su cuerpo en el asiento –Que no me costaría cumplir con lo que me proponía. La vida me ha engañado, y ahora no me deja dormir.
La canción sigue sonando de fondo entre voces inteligibles y sonidos de platos y cubiertos chocando.
-¿Dónde estás? –me esfuerzo por mirarla a los ojos, pero solo veo una silla y un cuadro bastante feo de un bodegón a óleo –No soy la misma desde que te fuiste. Ni siquiera sé escribir, se me ha olvidado crear historias y tengo miedo hasta de mí. ¿Dónde estás ahora?
Morir es demasiado fácil. Me pongo a cantar por lo bajo en un tono lento una canción que ni siquiera sabía que recordaba, con una voz quebrada y poco entonada, observando el cubito de hielo reduciéndose a la vez que deformándose, aguando el resto del café en aquella taza que no tenía nada de especial.  El cabello demasiado encrespado me tapa casi toda la cara. Me sujeto la cabeza con ambas manos mientras derramo una lágrima muda que golpea el milimétrico cubito de hielo y resbala hasta perderse en esa crema amarga que he dejado abandonada en la mesa.  Morir es demasiado fácil, pero se me están acabando los intentos, y en mi mente rebota su pregunta: “¿Y esas ojeras?”, “¿Y esas ojeras?”…

Creo que perdí el alma hace un año. Se me cayó en una taza de café, en algún bar cutre de la ciudad. Tendré que ir a buscarla. El problema es que hace un año aborrecía el café.

martes, 30 de julio de 2013

(Sin título)

Decían que batirse en duelo era cosa de hombres. Yo nací con una espada y el pecho abierto, y mi rival no tenía espada pero tenía acorazada la sangre del cuerpo.

martes, 23 de julio de 2013

Madre


Vamos a crear voces sin hablar
Y vestidos sin alfileres
Vamos a beber por las orejas y oír por la boca
Vamos a abrazar raíces
Vamos a besar el mar
Y logar que las lágrimas asciendan a los ojos y que el cabello sea el único en romper la regla de la gravedad
Vamos a sacarnos el corazón para romper estómagos
Hoy sangramos cuando reímos
Vamos a jugar a que no hay dolor
Y la hierba húmeda se extienda alrededor de todo el planeta y no haya caminos marcados
Que nadie hable
Que solo haya miradas
Que nadie teja

Que hoy nosotros buscamos el camino

martes, 9 de julio de 2013

Cosechas

Ha pasado ya la época de cosechas de cicatrices,
Las cerezas están más amargas que nunca
Pestañear es el esfuerzo más inmenso
Y hoy, desde aquí arriba, los pies son muy pequeños



Me gusta que las voces se vayan apagando sin llegar al silencio
Y que llueva en verano en el momento justo en que el sudor me asalta
Las camas calientes y los inviernos igual de fríos.  
Lamerme el dedo índice cuando me mancho de chocolate
Y que me mires en ese preciso momento
Ha pasado ya la época en la que plantaba ilusiones
Porque solo recogía amor marchito y una piel radiante
Y así los ojos se volvieron enormes y los labios exitosos y deseados
Pero el pecho echó la cortina y formó barricadas

Ha pasado ya la época de cosechas de cicatrices